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San Diego Humane Society

Presentando perros y gatos

La mejor evidencia de que los perros y gatos pueden vivir juntos en paz es que lo han hecho antes. Sin embargo, si estás buscando un perro o gato para agregar a tu familia, aquí encontrarás algunos consejos para elegir un buen candidato y cómo presentarlo.

La mejor evidencia de que los perros y gatos pueden vivir juntos en paz es que lo han hecho antes. Sin embargo, si estás buscando un perro o gato para agregar a tu familia, aquí encontrarás algunos consejos para elegir un buen candidato y cómo presentarlo.

Encontrando una mascota candidata

  • Antes de traer una nueva mascota a casa, considera si enriquecerá o no la vida de tu mascota actual y si aumentará su calidad de vida en general. Si tu perro o gato no ha podido vivir en paz con otros animales antes debido a su comportamiento, conseguir una segunda mascota podría ser un desafío y perjudicar el bienestar emocional de su mascota actual.
  • Averigua todo lo que puedas sobre los antecedentes de comportamiento de cualquier perro o gato que estés considerando, específicamente en lo que respecta a vivir con otros perros o gatos. Idealmente, la nueva mascota que planeas traer a casa deberá tener antecedentes de haber vivido cómodamente con otras mascotas, sin conflictos aparentes.
  • Es probable que los perros que no están acostumbrados a los gatos respondan a ellos de manera similar a cómo responden a otros perros o pueden llegar a tratarlos como presas. Si un perro no tiene antecedentes de comportamiento depredador (es decir, no persigue gatos, ardillas u otros animales pequeños cuando está al aire libre) y parece gentil, relajado y amigable, puede ser un buen candidato para considerar.
  • Los gatos o gatitos relajados y seguros de sí mismos tienen más probabilidades de adaptarse cómodamente a vivir con un perro. Es menos probable que se vean afectados negativamente (mostrar un comportamiento temeroso, esconderse o desarrollar problemas de apetito y desechos, o huir) lo que puede resultar en que lo persiga. Los gatos tímidos, temerosos y sin uñas pueden sentirse vulnerables o amenazados por perros.
  • Si un gato o perro no socializó con otras especies a una edad temprana, es menos probable que muestre comportamientos amistosos, relajados o neutrales hacia otros gatos o perros cuando sea adulto.
  • Independientemente de si cuentas o no con información sobre los antecedentes de una mascota con otras especies, o si llevarás a casa un cachorro o gatito, será mejor presentar poco a poco tu nueva mascota a tu(s) mascota(s) actual(es).

Qué buscar y qué esperar

El período de presentación puede tomar días o incluso semanas de presentaciones breves, graduales y supervisadas. En cada etapa, observa el lenguaje corporal y el comportamiento de tu mascota para valorar cómo se sienten con respecto a su nuevo compañero de habitación. Solo debes pasar a la siguiente etapa de presentaciones cuando ambas mascotas parezcan cómodas, relajadas y amistosas.

  Con perros: las indicaciones de que tu perro está relajado o siente emociones positivas son, que su cuerpo esté suave y relajado, su boca abierta, sacude la cola y elige otros comportamientos mientras están en presencia de tu nueva mascota, como ir hacia las personas presentes, sentarse o acostarse, olfatear o alejarse. Tensar y estirar del extremo de una correa, llorar, ladrar, gruñir, lanzarse, morder, concentrarse intensamente y agitarse son signos de que un perro podría no ser amigable con los gatos. Muchos perros caerán en algún punto intermedio de estas conductas después de su primera presentación o por un tiempo.

Con gatos: los gatos también mostrarán una variedad de comportamientos que indican si pueden o no compartir su espacio cómodamente con un perro. Las señales de que tu gato está relajado o siente emociones positivas son, tener las pupilas contraídas y ojos entrecerrados, una cola baja o sacudiendo suavemente y elige otros comportamientos mientras están en presencia de tu nueva mascota, como alejarse con calma, acicalarse, sentarse o acostarse. Una cola y un pelaje erizados, dar golpes y arañar, sisear y aullar, morder, escupir, huir, esconderse de forma permanente y constante o los cambios en el apetito y los hábitos de defecación pueden indicar que tu gato no es amigable o no se siente cómodo compartiendo espacio con un perro.

Integrar un nuevo gato o perro

  • Con el perro fuera de la casa, asegúrate de que tu gato tenga acceso a un par de espacios seguros para esconderse si es necesario. Inicialmente, puede ser un espacio con una puerta, y luego puede usar puertas para bebés y configurar espacios altos a los que solo el gato pueda acceder. Debe haber alimentos, agua y una caja de arena en estas áreas.
  • Una vez acomodado el espacio seguro para el gato, puedes llevar el perro a la casa. No deberían encontrarse cara a cara durante varios días. Durante este tiempo, ambos podrán oler y escucharse entre sí. Debes pasar tiempo con cada mascota por separado y permitirles que huelan sus aromas en ti. Si el perro es el recién llegado, asegúrate de prestar más atención al gato, para que no asocie el cambio con menos afecto y atención. Si el gato es el recién llegado, intenta hacer asociaciones positivas para el perro.
  • Es fundamental que el perro esté atado cuando los presentes. Asegúrate de que el perro haya hecho suficiente ejercicio físico y mental antes de encontrarse con el gato, para que haya gastado algo de energía. También asegúrate de poder redirigir la atención del perro a otra actividad. Puedes apoyarte de juguetes, premios y elogios para que se concentre en ti.
  • Una vez que el perro esté menos interesado en el gato detrás de una puerta cerrada, puedes comenzar a planear su encuentro. Colócale una correa al perro y usa una puerta para bebés para mantenerlos separados y permitir que el perro se acerque al gato si está tranquilo. Si el perro se comporta de manera amistosa o cautelosa, trata de no intervenir en sus interacciones excepto para elogiar y recompensar al perro por sus buenos modales.
  • Permite que el gato salga del espacio seguro cuando esté listo. Tan pronto como el gato comience a entrar en un área con el perro, continúa atrayendo la atención del perro con elogios, premios, juguetes, etc. Esto ayudará a que el gato se sienta cómodo sabiendo que el perro no está enfocado en él.
  • Si el perro y el gato se pelean, deberás separarlos nuevamente y pasar tiempo a solas con cada uno. Espera uno o dos días y luego comienza de nuevo el proceso de integración.
  • Nunca obligues al perro o al gato a acercarse demasiado sujetándolos, enjaularlos o limitando su capacidad de escapar.
  • En las primeras semanas, observa si las cosas mejoran o empeoran. El proceso de integración puede tomar tiempo y también puede ser estresante, así que sé paciente y continúa monitoreando sus interacciones hasta que haya un patrón o meseta en su relación.

 

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