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San Diego Humane Society

¡El entrenamiento debe ser divertido!

Mantener a nuestros perros felices, saludables, y demostrando un buen comportamiento tiene mucho que ver con la forma en que los entrenamos, y para entrenarlos, debemos entender qué los motiva. Si te pidieran que trabajaras sin paga, ¿aún irías? Para lograr que nuestros perros se comporten de la manera que deseamos, debemos motivarlos. Cada perro es diferente, y también lo son sus motivaciones. Pero cuando identificamos las motivaciones de nuestros propios perros y las usamos para recompensar lo

Mantener a nuestros perros felices, saludables, y demostrando un buen comportamiento tiene mucho que ver con la forma en que los entrenamos, y para entrenarlos, debemos entender qué los motiva. Si te pidieran que trabajaras sin paga, ¿aún irías? Para lograr que nuestros perros se comporten de la manera que deseamos, debemos motivarlos. Cada perro es diferente, y también lo son sus motivaciones. Pero cuando identificamos las motivaciones de nuestros propios perros y las usamos para recompensar los comportamientos que estamos buscando, estamos construyendo una base para el éxito.

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Para aprender a usar las recompensas y para entrenar a tu perro, sigue estos pasos:

Primero, comprométete con el refuerzo positivo:

  • ¡Paga al perro! Las sesiones de entrenamiento siempre deben ser positivas: identifica el comportamiento que deseas y recompensa a tu perro por hacerlo. Si estás entusiasmado con cada sesión de entrenamiento, harás que tu perro sienta lo mismo. Este es un momento especial para fortalecer tu conexión con tu perro y ayudarlo a ser más feliz y saludable. ¡Entrenar es divertido! ¡Permítete disfrutarlo!
  • Nunca castigue: Las técnicas basadas en el castigo utilizan el dolor y el miedo como motivación. El uso de técnicas aversivas daña el vínculo entre humanos y animales y, a menudo, tiene consecuencias que incluyen un aumento del miedo, la agresión, y el estrés. La forma más rápida y efectiva de lograr un buen comportamiento es el refuerzo positivo.

Luego, identifica las recompensas de tu perro:

  • ¿Qué ama tu perro? A algunos perros les encantan las golosinas. A otros les encantan los elogios o un juego de traer lo que se lanzó o un juguete favorito. Tal vez es la oportunidad de nadar en la piscina.
  • ¡Sé espontáneo! Si estás dando un paseo y tu perro quiere seguir un olor, primero haz que se sienta o que haga cualquier otra acción que estés entrenando, y luego deja que siga el olor como recompensa.
  • Los trucos también pueden ser recompensas. ¿A tu perro le encanta dar vueltas en círculos? ¿Saltar alto? Alienta esos comportamientos también como una recompensa por el buen comportamiento.
  • ¡Cámbialo! Una sesión de entrenamiento puede utilizar golosinas y otra puede terminar en un juego de búsqueda, y algunas deberían terminar en muchas recompensas. Al sorprender a tu perro a veces, lo mantienes interesado por mucho más tiempo.

Luego, usa esa recompensa para motivarlo a aprender nuevos comportamientos:

  • ¡Corre, perro, corre! Demuestra tu entusiasmo durante todas las oportunidades de capacitación. ¡Harás que tu perro esté más comprometido y dispuesto a aprender!
  • Recuerda, ¡paga al perro! Identifica el comportamiento que deseas y recompensa al perro cada vez que lo haga. Cuantas más repeticiones hagan y más les pagues, ¡mejor!
  • Siéntate para decir: “Por favor”. Usa las interacciones cotidianas para entrenar. Por ejemplo, si tu perro sabe sentarse, cada vez que sale pídele que se siente frente a la puerta, que se siente antes de acariciarlo, antes de comer, antes de tirarle una pelota, etc.
  • Recuerde dividir los comportamientos complejos en pasos para el entrenamiento:
  • Enseñarle a tu perro a sentarse puede parecer una orden, pero enseñarle a no salir corriendo por la puerta principal ante la mención de un viaje en automóvil es un proceso. Entrena y recompensa cada paso:
  • Sentarse con contacto visual puede hacer que toques o gires el pomo de la puerta.
  • Sostener esa postura sentada puede hacer que abras la puerta (salir corriendo hace que la cierres).
  • Esperar el permiso puede lograr que cruzes el umbral de la puerta.
  • Sentarse en la parte superior de los escalones gana el permiso para bajar los escalones.
  • Caminar bien sin jalar puede hacer que vayas al auto (jalar hace que retrocedas).
  • Sentarse al lado de la puerta del coche hará que abras la puerta.
  • Esperar la señal para "entrar" le da acceso al premio mayor definitivo: ¡un viaje en auto!

Mantén el impulso y la motivación:

  • ¡Mantén tu entusiasmo! Cuando estás entrenando y reforzando comportamientos positivos para tu perro, debes ser más interesante que cualquier cosa que pueda impedirle seguir una orden. Así que muestra entusiasmo, sé cariñoso, y usa un tono de voz alto y expresivo para mantenerlo atento y escuchando.
  • Cambia las cosas para mantener el desafío. Al principio, un comportamiento podría equivaler a una golosina. Pero si esto se vuelve aburrido, tu perro perderá la motivación. Así que cambia entre diferentes comportamientos y diferentes recompensas. Tal vez hoy sentarse y quedarse signifique recibir un premio, pero mañana sentarse, quedarse, y dar la pata podría significar la oportunidad de correr por el patio trasero.
  • Sé consistente: si combinas regularmente comando + comportamiento = recompensa, entonces tu perro aprenderá a estar emocionado por el entrenamiento en sí. Este ciclo crea refuerzos y resultados aún más positivos. Y, por último, tén cuidado con estos errores comunes:
  • Retírate mientras estés adelante. No entrenes a tu perro hasta que esté aburrido o ya no pueda concentrarse. Su rendimiento disminuirá y comenzarás a asociar el entrenamiento con el aburrimiento.
  • No entregues recompensas fácilmente sin que se las gane. Por ejemplo, si tu perro tiene acceso constante a su juguete favorito, entonces no tendrá ningún motivo para cumplir una orden para ganárselo durante tu sesión de entrenamiento.
  • Entiende que algunos perros son simplemente más difíciles de motivar. Tendrás que ser paciente y creativo, y entrenar en sesiones más cortas. Si la comida es una recompensa para tu perro, entrena mientras tiene hambre. Y considera las golosinas de alto valor: una rebanada de salchicha es mejor que una galleta para perros, por ejemplo.

El tiempo que dedicas a entrenar a tu perro es invaluable: es una inversión en su vínculo mutuo y mantiene a tu perro estimulado mentalmente. Un perro comprometido y entrenado es más feliz, más saludable, y menos destructivo. ¡Encuentra las motivaciones de tu perro y comienza!

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